Jason Total Masacre
Jason Total Masacre
La saga de películas “Viernes 13” (Friday the 13th) empezó el 13 de junio del año 1980, cuando se estrenó el primer largometraje dirigido por Sean S. Cunningham. Después de once títulos cargados de matanzas espeluznantes Kikol Grau decide apropiarse de sus imágenes más sádicas, para realizar un nuevo montaje centrado exclusivamente en cada uno de los asesinatos de este clásico del cine de terror.
Para hacerlo reduce el metraje original de todas las películas a trece minutos de desenfreno violento y sangre por doquier. Lo hace seleccionando todas y cada una de las escenas en las que muere algún personaje, editándolas por orden cronológico e identificándolas con un número, hasta llegar al 202. Seleccionadas todas juntas, presentadas una detrás de otra, sucedidadas sin solución de continuidad, todas estas muertes permiten analizar la evolución de la serie en cuanto a las fórmulas de representación de la violencia. Así la sordidez de las diversas puestas en escena, la nocturnidad de los escenarios, la diversidad de utensilios mortíferos y la crueldad de los efectos especiales dialogan constantemente con la figura impertérrita de Jason Voorhees –con su máscara de hockey– y los figurantes aniquilados. Todo ello sucede entre los alrededores de Crystal Lake, del primer filme, y el espacio exterior en el año 2026, que es cuando se contextualiza el último filme.
Si las ficciones originales cumplen unas expectativas propias del cine de género de terror, en manos de Kikol Grau éstas se desvaratan para convertirse en un carnaval de lo macabro que, por reiteración y saturación, deviene brutalmente paródico. Los ambientes musicales que mantienen el suspense y las variaciones de efectos sonoros que desencadenan el miedo, quedan continuamente aniquilados. La reiteración de los gritos de pánico de las víctimas, el estruendo sonoro ante la agresión y las muestras de dolor posteriores, desmontan la continuidad narrativa para revelarse como un parámetro reincidente cargado de tensión. Es un efecto causal inmediato, repetido sistemáticamente, hasta el delirio.
Con esta pieza se demuestra que el desmontaje de found footage realizado a partir de material holywoodiense puede resultar tanto un fenómeno fandom, que muestra devoción por el original, como una manifestación artística que desvela, sin paliativos, constantes intrínsecas del cine industrial.