En este ensayo documental, Villaplana aborda la problemática de la “masculinidad de mujer”, contraponiendo dos experiencias: por una parte una entrevista a Marco, transexual de mujer a hombre que nos narra en primera persona su operación de cambio de sexo y cómo ha afectado a su vida; y por otra, la acción dragking de la performer francesa Myriam Marzouk. La naturalidad y sencillez luminosa de la entrevista a Marco, contrastan con la nocturna teatralidad de la segunda para ofrecernos dos modos de afrontar las construcción de los géneros.

La elección de los escenarios y el montaje revisan las nociones de subjetividad y género como nociones permeables y fluidas.

Este trabajo, junto con Retroalimentación componen un díptico que lleva por título: “Escenario doble, género, DIY y feminismo” que parte de la experimentación dentro del discurso del  activismo feminista queer.

Una vez más Virginia nos muestra un relato abierto, sabiamente interrumpido… pero los riesgos que se corren con un “discurso roto”, que navega en el territorio de la ambigüedad creativa, siempre merecen la pena… pues nos permite penetrar “en procesos de pensamiento distintos”, en guiones que se reescribirse continuamente en nuestra mente.

Es importante destacar el compromiso temprano de Virginia con la crítica fílmica feminista, entendiendo esta teoría como un marco amplio dentro del cual analizar  la representación de la mujer en el discurso clásico así como la construcción de la espectadora. La autora es una de las artistas más importantes del video y el cine experimental español. A los acercamientos que ya ha realizado a diversos “asuntos” del video/film feminista como la autobiografía, la memoria, la subjetividad, la violencia contra las mujeres,  la puesta en cuestión de los estereotipos…etc añade ahora su interés por el discurso Queer y Transexual, en absoluta sincronía con la preocupación a nivel internacional. En nuestro país, junto al ejemplo de Virginia, el tema ha sido analizado también desde interesantes enfoques por otras directoras como Cabello/Carceller y Cecilia Barriga.

En el caso de Virginia, su conocimiento a la par del cine y del video feministas le dota de un perfil único. Su trabajo, se situaría a caballo entre ambos lenguajes en la línea de los planteamientos de la finlandesa Eija Lisa Athila que también conjuga ambas narrativas.