Poca gente recordará a Fay Wray por sus dotes de actriz, sin embargo en el imaginario popular el sonido de sus gritos cuando era tomada en volandas por King Kong se mantiene vivo. Seguramente ella encarnó a una de las primeras Scream Queens, es decir, protagonistas femeninas de películas de terror cuyos alaridos ponen a prueba los tímpanos más resistentes y cuyos rostros compungidos reflejan el patetismo del terror de forma perfecta. Es imposible no recordar la expresión de angustia que se dibuja en la cara de Janet Leigh cuando ésta descubre que la ducha en la que se está relajando va a transformarse en su lecho de muerte. Sin duda alguna Troma no sería lo que es de no ser por los llantos y alaridos de gente como Debbie Rochon, que haría del gritar todo un género interpretativo.

Si algo tienen en común las Scream Queens,  es que todas terminan identificándose con un prototipo de mujer muy específico: vulnerable, asustadiza, frágil y patética. Siempre huyendo de un monstruo, asesino, animal o mutante, tropezará en el momento menos adecuado, puesto que su personaje le obligará a huir de la amenaza, nunca a enfrentarse a ella.

En este trabajo, Montilla sigue ahondando en la construcción de mitos y estereotipos dentro de la cultura popular haciéndole un guiño a las películas de serie B y de terror. En un ejercicio muy simple de deconstrucción la artista se sitúa en primer plano frente a la cámara, no para gritar ni para mostrarnos el pánico en su mirada sino, para adoptar el rol del perseguidor, del monstruo, del asesino, y encendiendo y apagando las luces, con un giro irónico del dramatismo, gruñirá y nos enseñará sus dientes. Con esta identificación de la mujer con el monstruo, Montilla logra generar un desplazamiento de roles, nos obliga a preguntarnos de quién se escapan las actrices aterradas, nos recuerda que el asustar es tan sólo fruto de un truco barato. De esta manera consigue construir un trabajo breve pero efectivo en su mensaje, obligándonos a repensar nuestro imaginario femenino cinematográfico y sus múltiples clichés.