La pantalla se llena de píxeles y movimiento. Imágenes casi abstractas acaban descubriéndose como fragmentos de patinadores sobre hielo en competición. Se trata de pruebas de velocidad, donde el cuerpo humano se ha convertido en una máquina que no puede fallar. <freie intervalle.vbm-98> (intervalos libres.vbm-98) (1997-1998) nos presenta el control sobre el cuerpo y alguno de los efectos de la alta competición.

La plasticidad de los movimientos, la ropa preparada para su mejor prestación, así como la selección de imágenes realizada por Marisa Maza, nos presentan algo casi sobrehumano. El deporte de alta competición, y televisado, necesita de un grado de perfección que el cuerpo no puede asumir. El cuerpo deja de tener un género para convertirse en una máquina preparada minuciosamente para realizar una única función. Las imágenes (tamizadas por el vídeo y su presentación en televisión) no nos permiten identificar a personas, (identidad, nacionalidad y genero) únicamtente fragmentos físicos.

En medio de este movimiento, presentado con una banda sonora que también acerca lo que vemos a una abstracción, llega el momento de pausa: Un texto aparece frente a nuestros ojos. se trata de la historia contada desde dentro. Una deportista nota los efectos secundarios de los tratamientos hormonales a los que es sometida. Su cuerpo cambiará de tal modo que dejará de ser físicamente mujer para convertirse en un hombre.

Después seguiremos con imágenes de patinaje, pero no ya de velocidad sino de patinaje por parejas. Los roles sexuales parecen ahora claros, pero de algún modo los patinadores siguen siendo las mismas máquinas.

Marisa Maza trabaja en <freie intervalle.vbm-98> temas como el género, la competición o las obligaciones de sometimiento profesional.