Primetime
Primetime
Parodia del zapping televisivo. Política, sociedad, cine, videoclips, videntes, pornografía, futbol y teletiendas componen este poliédrico mural mediático de Félix Fernández. Un flujo continuo fragmentado con el propio ruido del zappeado, y la subversión de los contenidos trastocados, genera un cúmulo de esperpentos que obligan escapar y refugiarse en lo íntimo.
Es indudable que la televisión atrae, esté donde esté siempre recibe alguna mirada. Más aún, si tiene una gran cantidad de movimiento y colores brillantes la mirada se posa más tiempo. Esta pantalla se aprovecha de una atención completamente desinteresada, una mirada vacía, convirtiéndose en la ventana de nuestras experiencias con la realidad. Aunque nos da una opción de aparente libertad, cambiar de ruta a nuestro antojo, mediante el zapping.
El entretenimiento popular en su momento fueron los circos, las ejecuciones e inquisiciones públicas, los estadios, en la actualidad, la radio, el cine, la televisión e internet. Con estas gratificaciones el televidente se convierte en vampiro que succiona deseos ajenos para escapar de su propio vacío inmortal. (El individuo abducido por la pantalla es presa fácil del ruido mediático. Uno ya es un ser binario, toma una de las dos posturas exclusivas en los debates televisuales)
Esta aparente flujo indiscriminado de imágenes (y sonidos), en las que se puede renunciar al pensamiento crítico, producen una vertiginosa historia apocalíptica que cuestiona todo lo que nos rodea, y que ayuda a dudar de cada una. Produciendo, en primer lugar, la desmitificación de la mismas y su consecuente separación de la realidad, y en segundo, la confusión y despreocupación ante los referentes creando un desquiciamiento mental completamente efímero. Sin embargo, el artista es consciente de que “Prime Time” es un comentario lúdico, puntual y efímero cuestionando los decadentes arquetipos actuales, cuya máxima ambición está enfocada hacia los íntimos.
“Desde esta perspectiva, por tanto, hasta cuando se ve expuesta, por ejemplo, a escenas perturbadoras de violencia y sexo en la televisión o en las películas, existe la posibilidad de abordarlas con la conciencia de que causan efectos dañinos y, en lugar de sentirse totalmente abrumada por lo que ve, puede tomar tales escenas como una especie de indicador de la naturaleza nociva de las emociones negativas no controladas.” (Dalai Lama, “El arte de la felicidad”)